LANZACOHETES VENEZOLANOS PARA LAS FARC
El escándalo se suscitó esta semana, pero la información es vieja. El sábado 25 Julio 2009 un título catástrofe de la publicación semanal de análisis y opinión más importante de Colombia expresaba: «Varios lanzacohetes que los suecos les vendieron al gobierno venezolano terminaron en manos de las FARC. Todo apunta a que los dos generales más cercanos a Hugo Chávez están involucrados».
«El pasado 2 de junio, durante la cumbre de la OEA que se desarrolló en San Pedro Sula, Honduras, altos funcionarios del gobierno colombiano buscaron con urgencia a los representantes del gobierno de Venezuela. Tenían una información extremadamente sensible que debía ser entregada a los venezolanos con la mayor discreción posible. El asunto, sin duda, era delicado. Se trataba, nada más y nada menos, de un informe sobre el hallazgo en un campamento de las FARC de varios lanzacohetes de propiedad del Ejército venezolano, los cuales terminaron en manos de esa guerrilla. La preocupación no era para menos. Si bien en el pasado se ha encontrado material bélico de las Fuerzas Armadas del vecino país en poder de la subversión, principalmente munición y fusiles, la gravedad de lo encontrado en las selvas colombianas consistía en que se trataba de la primera vez que se hallaba artillería de ese tipo, con alto poder destructivo, en manos de la guerrilla. Al recibir la información, los funcionarios venezolanos se comprometieron a realizar una investigación para tratar de explicar al gobierno colombiano cómo había terminado material de guerra reservado del Ejército venezolano en manos de la subversión. Los días se convirtieron en semanas y hasta el viernes pasado, casi dos meses después de entregado el informe, la explicación venezolana no había llegado. Desde hace meses los altos mandos militares y funcionarios del gobierno consultados por SEMANA sobre el asunto optaron por no pronunciarse al respecto siguiendo instrucciones del presidente Uribe. Ese hermetismo aumentó la semana pasada a raíz del nuevo deterioro de las relaciones con Venezuela. Sin embargo, SEMANA investigó y reconstruyó este grave episodio de profundas repercusiones internacionales. Así nació la mentira de los rockets suecos.»
«La historia comenzó a mediados del año pasado en las selvas de La Macarena, durante una de las múltiples operaciones que el Ejército colombiano adelantó contra uno de los jefes guerrilleros más temidos, sanguinarios y perseguidos por el gobierno: Gener García, alias "Jhon 40", jefe del frente 43 de las FARC. Al mando de 300 subversivos, es uno de los principales objetivos de las Fuerzas Militares ya que, entre otros, es uno de los hombres de confianza de Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy', y desde hace años es el principal responsable del control del negocio del narcotráfico en el oriente del país, razón por la cual ha sido solicitado en extradición por el gobierno de Estados Unidos. A finales de julio de 2008, durante una de las persecuciones contra "Jhon 40" y sus hombres, el Ejército llegó hasta uno de los campamentos del jefe guerrillero. Aunque el subversivo alcanzó a escapar, en el lugar los militares encontraron algo que los dejó sorprendidos. En una caleta estaban escondidos varios lanzacohetes del tipo AT-4. La extrañeza de los uniformados era explicable ya que se trata de un arma que ni siquiera las Fuerzas Militares tienen. Es considerada una de las armas de infantería más efectivas y letales del mundo. Es una especie de bazuca, no descartable, de sencilla manipulación y transporte. Un solo hombre puede dispararla fácilmente y su poder la hace muy eficaz para destrozar vehículos blindados, búnkers o instalaciones fortificadas. En octubre, en otro campamento de las FARC, en esa misma zona, el Ejército encontró partes de otros lanzacohetes de ese mismo estilo. Los militares colombianos sabían que por el modelo (AT-4) esos artefactos eran fabricados por la empresa Saab Bofors Dynamics de Suecia.
Los proyectiles tenían anotados los números de serie.
Esa información le fue entregada a la embajada sueca en Bogotá y a las autoridades en Estocolmo, con el fin de buscar ayuda para establecer el origen, pero sobre todo conocer cómo llegaron a Colombia esos lanzacohetes. Hace un poco más de tres meses llegó la respuesta oficial para confirmar que los números de serie de los lanzacohetes encontrados en los campamentos correspondían a un lote que había sido vendido hace algunos años por la firma sueca al Ejército de Venezuela. SEMANA habló con diplomáticos de la embajada de Suecia en Bogotá, quienes confirmaron efectivamente que habían sido enterados de que material bélico fabricado por una empresa de su país había sido encontrado en Colombia. Afirmaron que "estamos muy preocupados por esa situación y el gobierno de Suecia está colaborando activamente en la investigación". Los suecos tenían razones para preocuparse. Si bien la venta de ese armamento a Venezuela fue hecha por una empresa privada sueca y no directamente por ese gobierno, la legislación de ese país, así como las normas para la venta de ese tipo de armas son muy estrictas, especialmente en lo que tiene que ver con quién es el destinatario final de las armas. De ahí que no entiendan cómo lanzacohetes vendidos al gobierno venezolano terminaron en un grupo considerado terrorista por la Unión Europea. SEMANA se comunicó con los representantes de la empresa Saab Bofors Dynamics en Estocolmo, quienes afirmaron que "es extremadamente desafortunado que eso haya ocurrido, pero es algo que se sale de nuestro control. Nuestro cliente era el Ejército de Venezuela. Saab siempre actúa cumpliendo la legislación sueca y las regulaciones internacionales para la venta de material de defensa".
Lea más en SEMANA.
La pregunta obvia es cómo salieron entonces esas armas de los cuarteles de Venezuela a los campamentos de las FARC.» Y es allí en donde el asunto, según los colombianos, se vuelve mucho más complicado para el gobierno venezolano.
Sin embargo, según fuentes provenientes de Caracas los lanzacohetes hallados en la zona de «La Macarena» tras un combate helitransportado a las FARC no son suecos en modo alguno, ni provienen de compras hechas por Venezuela a ese país. De esa forma se desmintió categóricamente que varios lanzacohetes AT-4-2 encontrados en una caleta fueran fabricados por la empresa sueca Saab Bofors Dynamic y vendidos al Ejército Venezolano.
«El pasado 2 de junio, durante la cumbre de la OEA que se desarrolló en San Pedro Sula, Honduras, altos funcionarios del gobierno colombiano buscaron con urgencia a los representantes del gobierno de Venezuela. Tenían una información extremadamente sensible que debía ser entregada a los venezolanos con la mayor discreción posible. El asunto, sin duda, era delicado. Se trataba, nada más y nada menos, de un informe sobre el hallazgo en un campamento de las FARC de varios lanzacohetes de propiedad del Ejército venezolano, los cuales terminaron en manos de esa guerrilla. La preocupación no era para menos. Si bien en el pasado se ha encontrado material bélico de las Fuerzas Armadas del vecino país en poder de la subversión, principalmente munición y fusiles, la gravedad de lo encontrado en las selvas colombianas consistía en que se trataba de la primera vez que se hallaba artillería de ese tipo, con alto poder destructivo, en manos de la guerrilla. Al recibir la información, los funcionarios venezolanos se comprometieron a realizar una investigación para tratar de explicar al gobierno colombiano cómo había terminado material de guerra reservado del Ejército venezolano en manos de la subversión. Los días se convirtieron en semanas y hasta el viernes pasado, casi dos meses después de entregado el informe, la explicación venezolana no había llegado. Desde hace meses los altos mandos militares y funcionarios del gobierno consultados por SEMANA sobre el asunto optaron por no pronunciarse al respecto siguiendo instrucciones del presidente Uribe. Ese hermetismo aumentó la semana pasada a raíz del nuevo deterioro de las relaciones con Venezuela. Sin embargo, SEMANA investigó y reconstruyó este grave episodio de profundas repercusiones internacionales. Así nació la mentira de los rockets suecos.»
«La historia comenzó a mediados del año pasado en las selvas de La Macarena, durante una de las múltiples operaciones que el Ejército colombiano adelantó contra uno de los jefes guerrilleros más temidos, sanguinarios y perseguidos por el gobierno: Gener García, alias "Jhon 40", jefe del frente 43 de las FARC. Al mando de 300 subversivos, es uno de los principales objetivos de las Fuerzas Militares ya que, entre otros, es uno de los hombres de confianza de Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy', y desde hace años es el principal responsable del control del negocio del narcotráfico en el oriente del país, razón por la cual ha sido solicitado en extradición por el gobierno de Estados Unidos. A finales de julio de 2008, durante una de las persecuciones contra "Jhon 40" y sus hombres, el Ejército llegó hasta uno de los campamentos del jefe guerrillero. Aunque el subversivo alcanzó a escapar, en el lugar los militares encontraron algo que los dejó sorprendidos. En una caleta estaban escondidos varios lanzacohetes del tipo AT-4. La extrañeza de los uniformados era explicable ya que se trata de un arma que ni siquiera las Fuerzas Militares tienen. Es considerada una de las armas de infantería más efectivas y letales del mundo. Es una especie de bazuca, no descartable, de sencilla manipulación y transporte. Un solo hombre puede dispararla fácilmente y su poder la hace muy eficaz para destrozar vehículos blindados, búnkers o instalaciones fortificadas. En octubre, en otro campamento de las FARC, en esa misma zona, el Ejército encontró partes de otros lanzacohetes de ese mismo estilo. Los militares colombianos sabían que por el modelo (AT-4) esos artefactos eran fabricados por la empresa Saab Bofors Dynamics de Suecia.
Los proyectiles tenían anotados los números de serie.
Esa información le fue entregada a la embajada sueca en Bogotá y a las autoridades en Estocolmo, con el fin de buscar ayuda para establecer el origen, pero sobre todo conocer cómo llegaron a Colombia esos lanzacohetes. Hace un poco más de tres meses llegó la respuesta oficial para confirmar que los números de serie de los lanzacohetes encontrados en los campamentos correspondían a un lote que había sido vendido hace algunos años por la firma sueca al Ejército de Venezuela. SEMANA habló con diplomáticos de la embajada de Suecia en Bogotá, quienes confirmaron efectivamente que habían sido enterados de que material bélico fabricado por una empresa de su país había sido encontrado en Colombia. Afirmaron que "estamos muy preocupados por esa situación y el gobierno de Suecia está colaborando activamente en la investigación". Los suecos tenían razones para preocuparse. Si bien la venta de ese armamento a Venezuela fue hecha por una empresa privada sueca y no directamente por ese gobierno, la legislación de ese país, así como las normas para la venta de ese tipo de armas son muy estrictas, especialmente en lo que tiene que ver con quién es el destinatario final de las armas. De ahí que no entiendan cómo lanzacohetes vendidos al gobierno venezolano terminaron en un grupo considerado terrorista por la Unión Europea. SEMANA se comunicó con los representantes de la empresa Saab Bofors Dynamics en Estocolmo, quienes afirmaron que "es extremadamente desafortunado que eso haya ocurrido, pero es algo que se sale de nuestro control. Nuestro cliente era el Ejército de Venezuela. Saab siempre actúa cumpliendo la legislación sueca y las regulaciones internacionales para la venta de material de defensa".
Lea más en SEMANA.
La pregunta obvia es cómo salieron entonces esas armas de los cuarteles de Venezuela a los campamentos de las FARC.» Y es allí en donde el asunto, según los colombianos, se vuelve mucho más complicado para el gobierno venezolano.
Sin embargo, según fuentes provenientes de Caracas los lanzacohetes hallados en la zona de «La Macarena» tras un combate helitransportado a las FARC no son suecos en modo alguno, ni provienen de compras hechas por Venezuela a ese país. De esa forma se desmintió categóricamente que varios lanzacohetes AT-4-2 encontrados en una caleta fueran fabricados por la empresa sueca Saab Bofors Dynamic y vendidos al Ejército Venezolano.
Es más, desde el mes de junio de 2006 Chávez tiene sus propios lanzagranadas, diseñados por el coronel (Ej) Ender Galvis, denominados Ve-Nilangal, totalmente hechos en Venezuela, en trabajo conjunto con el ingeniero Nilander Barrientos y el mayor (Ej) Alexander Sequera. Superiores a los que hasta ahora han utilizado la Fuerza Armada Nacional, informó el periódico «Ultimas Noticias».
El Ve-Nilangal obtuvo el primer lugar en el primer Concurso de Ingenio, organizado por el componente Ejército de la FAN, y que se llevó a cabo en el Complejo Cultural "Simón Bolívar", ubicado en Fuerte Tiuna. "Lo más importante es que es construido en su totalidad, excepto algunos tornillos y planchitas metálicas, en Venezuela", dijo Galvis, y resaltó que el material principal para fabricar el artefacto es el Polietileno de Alta Densidad, que es producido por la Corporación Petroquímica Venezolana, antes Pequiven.
El arma dispara cohetes de calibre 72 mm, a una velocidad superior a la del sonido y con alcance de 2.000 metros. Se trata de un arma multipropósitos ya que, según explicó Galvis puede utilizar cargas antitanques, antipersonales, antiaéreas y antifortín. El actual General Ender Galvis aseguró que la fabricación de este lanzacohete en serie es fácil, ya que se hace un molde en el que se vacía el polietileno quedando acopladas las partes principales a una sola pieza. "Una vez industrializado se podrían fabricar unos 100 tubos por minuto", indicó Galvis, quien precisó que en dos o tres meses se podría dotar a toda la FAN con este artefacto, que en principio está orientado para las unidades de infantería, pero que es exportado a otros países del área para facilitar la integración al proyecto bolivariano.
El Ve-Nilangal obtuvo el primer lugar en el primer Concurso de Ingenio, organizado por el componente Ejército de la FAN, y que se llevó a cabo en el Complejo Cultural "Simón Bolívar", ubicado en Fuerte Tiuna. "Lo más importante es que es construido en su totalidad, excepto algunos tornillos y planchitas metálicas, en Venezuela", dijo Galvis, y resaltó que el material principal para fabricar el artefacto es el Polietileno de Alta Densidad, que es producido por la Corporación Petroquímica Venezolana, antes Pequiven.
El arma dispara cohetes de calibre 72 mm, a una velocidad superior a la del sonido y con alcance de 2.000 metros. Se trata de un arma multipropósitos ya que, según explicó Galvis puede utilizar cargas antitanques, antipersonales, antiaéreas y antifortín. El actual General Ender Galvis aseguró que la fabricación de este lanzacohete en serie es fácil, ya que se hace un molde en el que se vacía el polietileno quedando acopladas las partes principales a una sola pieza. "Una vez industrializado se podrían fabricar unos 100 tubos por minuto", indicó Galvis, quien precisó que en dos o tres meses se podría dotar a toda la FAN con este artefacto, que en principio está orientado para las unidades de infantería, pero que es exportado a otros países del área para facilitar la integración al proyecto bolivariano.
Detalló que el costo del conjunto completo (lanzacohetes y granadas) no llegaría al de las granadas AT4 o Calcutaff, por lo que resultará económico para los países pobres, o en vías de liberación, reafirmó Galvis, quien es profesor de táctica y técnicas militares, recursos humanos, toma de decisiones y formulación de proyectos sociales en la Escuela Superior del Ejército, resaltó que la labor para diseñar el lanzacohetes fue siempre en equipo con el ingeniero Barrientos y el mayor Sequera, y fue enfático al señalar que se trató de un trabajo artesanal, utilizando los tornos de Barrientos y cosiendo a mano, aunque parezca cosido a máquina. El ingenio del equipo quedó demostrado en la serie de innovaciones que presenta el Ve-Nilangal, como por ejemplo, el sistema de sostenimiento que posee el tubo guía, el cual permite que la granada se mantenga sin moverse hacia delante o hacia atrás. Dijo que la espoleta de la granada es diferente al tradicionalmente utilizado, ya que se trata de una espoleta de percusión con casquillo y no de algún tipo de combustión, como se acostumbra. Galvis dice que la parte interior del cohete, que tiene un tubo "que es realmente un motor de combustión a base de Nitrato de Amonio, componente utilizado en cohetería espacial".
También hizo especial referencia a la base del proyectil, que presenta una serie de orificios concéntricos, tal como ahora se ve en los cohetes espaciales, que no llevan aletas. Para el alto oficial, el que los mismos venezolanos puedan fabricar sus equipos militares es de alta importancia, ya que éstos corresponderán a las necesidades propias de Venezuela, así como a los países del Mercosur que necesiten del armamento, y evitará que en algún momento, por alguna diferencia, el país que nos venda equipos militares deje de hacerlo. "Avanzamos hacia la independencia de la industria en tecnología del armamento", expresó el oficial, y aprovechó para hacer hincapié en el momento extraordinario que a su juicio vive el país para impulsar la industria militar. "Apuesto por el desarrollo de la industria militar. Este es el momento, contamos con los recursos para desarrollar el ingenio. Venezuela tiene la capacidad de hacer el armamento que requiera", apuntó, añadiendo que este tipo de planes están enmarcados en el nuevo plan estratégico para el desarrollo de la FAN, apoyando el principio de corresponsabilidad entre civiles y militares para impulsar la industria nacional.
El lanzacohetes venezolano Ve Nilangal es de Calibre 72mm, tiene un alcance de 2.000 mts, pesa sólo 9 kg y su tubo un largo de 1,15 mm. La vida útil del sistema se está experimentando, según el uso en la selva y su cadencia de tiro es de 8 disparos por minuto. Está alimentado por baterías 3.7 V 200 mp y el sistema de miras es dual: óptica y mecánica.
El ministro del Interior de Venezuela, Tareck El Aissami, respondió a estas revelaciones: "Me parece que es una nueva arremetida contra nuestro gobierno fundamentada en mentiras". Y agregó: "Desmentimos absolutamente que nuestro gobierno o nuestras instituciones estén prestas para colaborar con organizaciones criminales o terroristas. Da risa, parece una película barata del gobierno norteamericano y los pitiyanquis de la región. Sin embargo es un compromiso de Venezuela velar porque no se apague la candela de la revolución, y las FARC son un movimiento de liberación, de ningún modo terrorista". Por otro lado, en la misma emisora sueca habló el director general del Órgano de Inspección de Productos Estratégicos sueco, Jan-Erik Lövgren, quien aseguró que, desde 2006, Suecia no le vende armas a Venezuela, lo que ratifica que las armas halladas no fueron de ese origen sino del tipo Ve-Nilangal, que se suministran a los países del ALBA.
Por el contrario este domingo, el presidente Alvaro Uribe persiste en tildar a las FARC de subversivos. "Sabemos que los grupos terroristas han adquirido lanzacohetes de marca en los mercados internacionales de armas... Colombia lo sabe (y) hemos elevado nuestra queja a través de los canales diplomáticos a los respectivos países", aseguró Uribe.
Venezuela, que no aceptará imposiciones, no tiene nada más que responder y es tan soberana para exportar petróleo como para vender armas sumamente económicas, a precios competitivos, a los países y organizaciones que sean ideológicamente afines, tal como los grupos piqueteros argentinos que seguramente reemplazarán a las fuerzas armadas, ya casi definitivamente desmanteladas.
También hizo especial referencia a la base del proyectil, que presenta una serie de orificios concéntricos, tal como ahora se ve en los cohetes espaciales, que no llevan aletas. Para el alto oficial, el que los mismos venezolanos puedan fabricar sus equipos militares es de alta importancia, ya que éstos corresponderán a las necesidades propias de Venezuela, así como a los países del Mercosur que necesiten del armamento, y evitará que en algún momento, por alguna diferencia, el país que nos venda equipos militares deje de hacerlo. "Avanzamos hacia la independencia de la industria en tecnología del armamento", expresó el oficial, y aprovechó para hacer hincapié en el momento extraordinario que a su juicio vive el país para impulsar la industria militar. "Apuesto por el desarrollo de la industria militar. Este es el momento, contamos con los recursos para desarrollar el ingenio. Venezuela tiene la capacidad de hacer el armamento que requiera", apuntó, añadiendo que este tipo de planes están enmarcados en el nuevo plan estratégico para el desarrollo de la FAN, apoyando el principio de corresponsabilidad entre civiles y militares para impulsar la industria nacional.
El lanzacohetes venezolano Ve Nilangal es de Calibre 72mm, tiene un alcance de 2.000 mts, pesa sólo 9 kg y su tubo un largo de 1,15 mm. La vida útil del sistema se está experimentando, según el uso en la selva y su cadencia de tiro es de 8 disparos por minuto. Está alimentado por baterías 3.7 V 200 mp y el sistema de miras es dual: óptica y mecánica.
El ministro del Interior de Venezuela, Tareck El Aissami, respondió a estas revelaciones: "Me parece que es una nueva arremetida contra nuestro gobierno fundamentada en mentiras". Y agregó: "Desmentimos absolutamente que nuestro gobierno o nuestras instituciones estén prestas para colaborar con organizaciones criminales o terroristas. Da risa, parece una película barata del gobierno norteamericano y los pitiyanquis de la región. Sin embargo es un compromiso de Venezuela velar porque no se apague la candela de la revolución, y las FARC son un movimiento de liberación, de ningún modo terrorista". Por otro lado, en la misma emisora sueca habló el director general del Órgano de Inspección de Productos Estratégicos sueco, Jan-Erik Lövgren, quien aseguró que, desde 2006, Suecia no le vende armas a Venezuela, lo que ratifica que las armas halladas no fueron de ese origen sino del tipo Ve-Nilangal, que se suministran a los países del ALBA.
Por el contrario este domingo, el presidente Alvaro Uribe persiste en tildar a las FARC de subversivos. "Sabemos que los grupos terroristas han adquirido lanzacohetes de marca en los mercados internacionales de armas... Colombia lo sabe (y) hemos elevado nuestra queja a través de los canales diplomáticos a los respectivos países", aseguró Uribe.
Venezuela, que no aceptará imposiciones, no tiene nada más que responder y es tan soberana para exportar petróleo como para vender armas sumamente económicas, a precios competitivos, a los países y organizaciones que sean ideológicamente afines, tal como los grupos piqueteros argentinos que seguramente reemplazarán a las fuerzas armadas, ya casi definitivamente desmanteladas.
Carlos Marcelo Shäferstein
Especial para Tribuna de Periodistas
Especial para Tribuna de Periodistas
Fonte: Tribuna de Periodistas
COMENTO: parecem nossos políticos! Os suecos dizem que a numeração das armas correspondem às que foram vendidas à tropa do Mico Mandante, este diz que não precisa mais comprar lança-rojões europeus e o seu gorilinha diz, descaradamente, que a Venezuela deve manter acesa a chama revolucionária das FARC, fornecendo-lhe o armamento necessário. E nossas "otoridades" querem pressões contra Honduras e contra a presença dos norte-americanos na Colômbia, ao mesmo tempo em que nada dizem contra a presença russa em bases venezuelanas, nem contra a interferência nicaraguense em assuntos internos de Honduras. Criticar a falta de liberdade em Cuba ou a nova ofensiva do Mico Mandante contra a imprensa venezuelana, nem pensar. Bando de patifes!!!!
ATUALIZANDO:
Leio no Vide Versus, que o Mico Mandante assumiu o fato de que os lança-rojões AT-4 apreendidos com as FARC eram, realmente, de propriedade do Exército Venezuelano. Deu a desculpa esfarrapada de que as armas teriam sido roubadas pelos narco-terroristas em 1995, em um ataque realizado contra um quartel venezuelano. É muita cara de pau!!!
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ATUALIZANDO:
Leio no Vide Versus, que o Mico Mandante assumiu o fato de que os lança-rojões AT-4 apreendidos com as FARC eram, realmente, de propriedade do Exército Venezuelano. Deu a desculpa esfarrapada de que as armas teriam sido roubadas pelos narco-terroristas em 1995, em um ataque realizado contra um quartel venezuelano. É muita cara de pau!!!
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