por Pablo Docimo
"Si perdemos, nos vamos y que Cobos se haga cargo del gobierno". Así, textual, lisa y llanamente lo dijo Emilio Pérsico en declaraciones a dos radios haciendo referencia a las próximas elecciones legislativas.
Sería muy ingenuo e infantil pensar que el piquetero oficialista haya dicho lo que dijo por su propia cuenta, cuando ya, a esta altura de las circunstancias, todos sabemos que nadie, absolutamente nadie, dice o hace algo sin el consentimiento del presidente de facto, Néstor Kirchner; ni la mismísima Presidente, la supuesta abogada Cristina Fernández.
Estas declaraciones, que luego fueron publicadas en absolutamente todos los medios, no hacen más que relejar lo que es un secreto a voces. Los Kirchner saben que en las próximas elecciones les va a ir muy mal, y por consiguiente, se les hará prácticamente imposible seguir manteniendo la escribanía del Congreso Nacional.
De hecho, lo único que tienen en claro — hablamos del matrimonio presidencial — es que no van a llegar al final del mandato, y su única preocupación es cómo y cuándo dejar el poder.
Francamente, no es muy difícil adivinarlo, lo difícil es animarse a decirlo.
Pero veamos un poco el panorama actual. ¿Cómo puede entenderse que cuando la mayor preocupación de la ciudadanía es la inseguridad, seguida de la recesión económica, el gobierno y/o los ministros y/o los legisladores oficialistas ni siquiera hacen caso a estos temas?
Es realmente llamativo — o no tanto, depende del punto de vista — que debiendo ocuparse de lo que realmente le preocupa a la ciudadanía, el Poder Ejecutivo ponga en el centro de los temas a tratar el adelantamiento de las elecciones y la ley de Radiodifusión.
No menos llamativo es que ni siquiera hagan el mínimo esfuerzo por tratar de solucionar el conflicto con los productores agropecuarios, que nuevamente está volviendo a la misma situación que hace exactamente un año atrás. ¡Pasó un año y no fueron capaces de solucionar un conflicto con uno de los sectores que más ingresos genera!
Es realmente difícil tratar de entender toda esta situación, pero no es tan difícil explicarla si nos metemos en el criterio de NK.
Como ya dijimos, es sabido que en las próximas elecciones al oficialismo le va a ir muy mal; por consiguiente, le será muy difícil manejar muchas situaciones. El poder político se les esfumará y, lo que es peor, no van a tener la disponibilidad de recursos económicos — léase caja — que tuvieron hasta el año pasado para manejar las voluntades de intendentes y gobernadores, por lo tanto, la situación se complicará de manera geométrica.
Néstor Kirchner no es una persona que se anda con chiquitas, y ya sabemos que le gusta jugar fuerte, podríamos decir a todo o nada, y eso es lo que está haciendo.De ahí se desprende el adelantamiento de las elecciones, puesto que en octubre la situación económica, política y social será mas compleja que en junio, los recursos económicos menores, más el agravante de las sucesivas derrotas provinciales como en Catamarca más la posible fuga de más legisladores kirchneristas y, por último pero no menos importante, evitar la posible reforma del voto por boleta única.
A Kirchner le queda una sola posibilidad, y es mantener la cantidad de diputados y senadores para poder legalizar, de alguna manera, hechos inentendibles, como por ejemplo no dar quórum para tratar las retenciones, y distraer a la opinión pública, con temas como ocuparse, justo ahora, de la ley de Radiodifusión.
Lo concreto es que la posibilidad de mantener esa mayoría en el congreso es muy remota, y lo que si es cierto es que el plan B es la renuncia y entregar el mando a Cobos.
Lógicamente, por algo quieren que Cobos renuncie, ya que de esta manera el mando lo tendría quien ocupe su lugar, o sea José Pampuro, y así poder tener el beneficio de "arreglar", en el lapso hasta las próximas elecciones presidenciales, la situación judicial que les caerá sobre sus espaldas. Por eso, ante la negativa de la renuncia de Julio Cobos, la única preocupación hoy por hoy del matrimonio Kirchner es ver cómo abandonan el país para evitar ir presos. Tengamos en cuenta que, una vez que el Frente para la Victoria no maneje más el poder judicial, las causas les lloverán, literalmente, y serán investigados desde los ya emblemáticos Fondos de Santa Cruz hasta el enriquecimiento ilícito por la compra de tierras en El Calafate, pasando por el falso título de abogada de Cristina, el caso Skanka, la bolsa de Felisa Micheli, los fusiles FAL de Nilda Garré, los manejos de los fondos de Julio de Vido, el enriquecimiento del ex chofer de Néstor — y hoy empresario — Rudy Ulloa, etc.
Seguramente muchos pensarán, como nuestro buen amigo Aníbal Fernández, que desde este periódico somos golpistas o desestabilizadores, como ya nos han acusado, pero lamentablemente lo que decimos no son más que datos extraídos de la realidad, de hecho, según nos confirmó off the record un importante funcionario que revista en Casa de Gobierno, ya es un hecho que luego de la renuncia de Cristina el matrimonio Kirchner iría a Venezuela para tener protección jurídica.Como dijo Pérsico, "si no ganamos nos vamos", pero en realidad, lo que se baraja hoy en las más altas esferas del poder es que es muy difícil llegar a las elecciones de junio, y ni hablar de llegar a octubre.
Sería muy ingenuo e infantil pensar que el piquetero oficialista haya dicho lo que dijo por su propia cuenta, cuando ya, a esta altura de las circunstancias, todos sabemos que nadie, absolutamente nadie, dice o hace algo sin el consentimiento del presidente de facto, Néstor Kirchner; ni la mismísima Presidente, la supuesta abogada Cristina Fernández.
Estas declaraciones, que luego fueron publicadas en absolutamente todos los medios, no hacen más que relejar lo que es un secreto a voces. Los Kirchner saben que en las próximas elecciones les va a ir muy mal, y por consiguiente, se les hará prácticamente imposible seguir manteniendo la escribanía del Congreso Nacional.
De hecho, lo único que tienen en claro — hablamos del matrimonio presidencial — es que no van a llegar al final del mandato, y su única preocupación es cómo y cuándo dejar el poder.
Francamente, no es muy difícil adivinarlo, lo difícil es animarse a decirlo.
Pero veamos un poco el panorama actual. ¿Cómo puede entenderse que cuando la mayor preocupación de la ciudadanía es la inseguridad, seguida de la recesión económica, el gobierno y/o los ministros y/o los legisladores oficialistas ni siquiera hacen caso a estos temas?
Es realmente llamativo — o no tanto, depende del punto de vista — que debiendo ocuparse de lo que realmente le preocupa a la ciudadanía, el Poder Ejecutivo ponga en el centro de los temas a tratar el adelantamiento de las elecciones y la ley de Radiodifusión.
No menos llamativo es que ni siquiera hagan el mínimo esfuerzo por tratar de solucionar el conflicto con los productores agropecuarios, que nuevamente está volviendo a la misma situación que hace exactamente un año atrás. ¡Pasó un año y no fueron capaces de solucionar un conflicto con uno de los sectores que más ingresos genera!
Es realmente difícil tratar de entender toda esta situación, pero no es tan difícil explicarla si nos metemos en el criterio de NK.
Como ya dijimos, es sabido que en las próximas elecciones al oficialismo le va a ir muy mal; por consiguiente, le será muy difícil manejar muchas situaciones. El poder político se les esfumará y, lo que es peor, no van a tener la disponibilidad de recursos económicos — léase caja — que tuvieron hasta el año pasado para manejar las voluntades de intendentes y gobernadores, por lo tanto, la situación se complicará de manera geométrica.
Néstor Kirchner no es una persona que se anda con chiquitas, y ya sabemos que le gusta jugar fuerte, podríamos decir a todo o nada, y eso es lo que está haciendo.De ahí se desprende el adelantamiento de las elecciones, puesto que en octubre la situación económica, política y social será mas compleja que en junio, los recursos económicos menores, más el agravante de las sucesivas derrotas provinciales como en Catamarca más la posible fuga de más legisladores kirchneristas y, por último pero no menos importante, evitar la posible reforma del voto por boleta única.
A Kirchner le queda una sola posibilidad, y es mantener la cantidad de diputados y senadores para poder legalizar, de alguna manera, hechos inentendibles, como por ejemplo no dar quórum para tratar las retenciones, y distraer a la opinión pública, con temas como ocuparse, justo ahora, de la ley de Radiodifusión.
Lo concreto es que la posibilidad de mantener esa mayoría en el congreso es muy remota, y lo que si es cierto es que el plan B es la renuncia y entregar el mando a Cobos.
Lógicamente, por algo quieren que Cobos renuncie, ya que de esta manera el mando lo tendría quien ocupe su lugar, o sea José Pampuro, y así poder tener el beneficio de "arreglar", en el lapso hasta las próximas elecciones presidenciales, la situación judicial que les caerá sobre sus espaldas. Por eso, ante la negativa de la renuncia de Julio Cobos, la única preocupación hoy por hoy del matrimonio Kirchner es ver cómo abandonan el país para evitar ir presos. Tengamos en cuenta que, una vez que el Frente para la Victoria no maneje más el poder judicial, las causas les lloverán, literalmente, y serán investigados desde los ya emblemáticos Fondos de Santa Cruz hasta el enriquecimiento ilícito por la compra de tierras en El Calafate, pasando por el falso título de abogada de Cristina, el caso Skanka, la bolsa de Felisa Micheli, los fusiles FAL de Nilda Garré, los manejos de los fondos de Julio de Vido, el enriquecimiento del ex chofer de Néstor — y hoy empresario — Rudy Ulloa, etc.
Seguramente muchos pensarán, como nuestro buen amigo Aníbal Fernández, que desde este periódico somos golpistas o desestabilizadores, como ya nos han acusado, pero lamentablemente lo que decimos no son más que datos extraídos de la realidad, de hecho, según nos confirmó off the record un importante funcionario que revista en Casa de Gobierno, ya es un hecho que luego de la renuncia de Cristina el matrimonio Kirchner iría a Venezuela para tener protección jurídica.Como dijo Pérsico, "si no ganamos nos vamos", pero en realidad, lo que se baraja hoy en las más altas esferas del poder es que es muy difícil llegar a las elecciones de junio, y ni hablar de llegar a octubre.
Pablo Dócimo
Fonte: Tribuna de Periodistas
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