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UNICEF ¿LA PELOTA NO SE MANCHA?
CORRUPCIÓN Y DESVÍO DE DINERO
por Tomás Ryan
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, más conocido mundialmente por su sigla UNICEF, es un organismo dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Dos de los clubes de fútbol más populares del mundo, el español Barcelona y nuestro Boca Juniors llevan su publicidad en sus camisetas con el fin de donarle fondos. El club argentino por cada casaca vendida aporta U$S 1; el español por lo mismo cede E$ 1,5, y su caso fue más trascendente pues la publicidad de UNICEF fue la primera en su camiseta en sus más de 100 años de historia. Esta exclusividad benéfica le aporta a ambos clubes repercusión mediática, prestigio y simpatía por su desinteresada colaboración. En los dos casos quien aporta los fondos a la ONG, como fabricante de ambas casacas, es la empresa norteamericana Nike. Ella confirmará la profética letanía de Diego Armando Maradona, pero adaptada: la pelota no sólo no se mancha, si no que nunca mancha. En el caso principalmente de Nike, y de Barcelona y Boca, también limpia malas imágenes corporativas y sociales.
¿Un Sol para los grandes? En los últimos años muchos artistas y deportistas fueron nombrados embajadores de UNICEF. Obviamente lo hacen de muy buena fe, donando el producto de sus actuaciones desinteresadamente. Pero también UNICEF en el mismo lapso recibió numerosos cuestionamientos, principalmente por falta de transparencia en rendición de cuentas, acciones contradictorias y tibieza ante las principales naciones que le brindan fondos. Se calcula que los contribuyentes estadounidenses le aportan unos U$S 100.000.000 anuales, siendo con el 10% de su presupuesto su principal Estado benefactor. Inclusive si se contabilizan las donaciones de privados el aporte de EE.UU. equivale al 25% de lo recaudado. Esta es una de las razones por las cuales la ONG piensa muchas veces antes de criticar a EEUU o sus instituciones: los funcionarios norteamericanos, apelando a su sutileza, han presionado creativamente. Por ejemplo retrasando aportes, o reduciéndolos, o también retirando como en 1984 fondos a otro organismo dependiendo de la ONU como la UNESCO ante eventuales enojos. No sorprende que EE.UU. no fuera criticado por no adherir a la Convención de los Derechos de la Infancia de la ONU de 1989, compartiendo tal "prestigiosa" negativa con Somalia, Oman, Islas Cook, Emiratos Arabes Unidos y Suiza. En este contexto al panorama mundial de la década de 1980 de recesión económica, políticas de ajuste a los países en desarrollo impuestas por instituciones del llamado Primer Mundo, deuda externa y crecimiento exponencial de la pobreza el discurso de UNICEF sólo pidió: "un ajuste con rostro humano". El millonario Ted Turner conmovió en 2001 al mundo al anunciar una donación propia de U$S 1.000 millones para la ONU, con destino para UNICEF. Elliot Abrams, ex Subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos Interamericanos, resaltó la petición especial de Turner para que su dinero no se afectase en la ONG al rubro Gastos Generales. El pedido de Turner se ajustaba a que allí se imputan el gasto tanto en oficinas como en las diversas Comisiones Nacionales, estimándose que cerca de un 50% del presupuesto de UNICEF en vez de ir a los niños queda allí; otra estimación habla que un 25% del aporte norteamericano para beneficencia infantil mundial no alcanza a salir de Nueva York, gastándose en sus oficinas. La consultora Booz Allen describió este problema como el "Síndrome del Hotel de Lujo". Otras críticas mencionan los altos gastos para mantener oficinas de campo, pago a "asesores técnicos" que no van a las oficinas, contribuciones a otras ONG que tampoco rinden cuentas y son acusadas de corrupción, gastos desmedidos imputados a "Relaciones Públicas" o vacaciones del personal, y pagos en concepto de "Asistentes Temporales" a ex miembros de UNICEF, quienes además cobran pensiones de la ONU. No me peguen ... soy UNICEF Pero últimamente la realidad pareciera que hizo cola para pegarle a UNICEF. En el 2001 la Autoridad de Combate a los Delitos Económicos de Suecia denunció que un noruego encargado en ese país de las compras en UNICEF cometió delitos de corrupción, falsificación de documentos y estafa con dinero de donativos. La acusación también contó con colaboración de fiscalías de Noruega y Dinamarca, imputándose también a cinco ciudadanos suecos. El responsable de compras recibió sobornos y violó procedimientos para favorecerse por sumas millonarias. Ya en 1996 la misma Iglesia Católica suspendió sus aportes simbólicos a UNICEF acusándolos de campañas proabortistas, y principalmente por distribuir sustancias abortivas en Ruanda y Zaire. No extraña que los dinosaurios vaticanos tomaran esta medida, nobleza obliga, ya que la ONG — y el sentido común — en algunos documentos propició el uso de condones como prevención al SIDA. UNICEF, siempre lista para acercar posiciones, quiso generar un acercamiento al citar en un posterior documento que la castidad era el único método infalible contra la enfermedad. Pero posteriores declaraciones de su ex directora ejecutiva Carol Bellamy tildadas por Roma como abortistas más el apoyo al control demográfico en China de tener sólo 1 hijo por familia, aún a costa de abortos y estirilizaciones forzosas alejaron a la Iglesia por ahora definitivamente. Por supuesto nunca faltan los mal pensados que resaltan la competencia de ambos en un mismo nicho de interés: instituciones propias de la Iglesia (por ejemplo, Caritas) enfocadas en varios temas comunes a UNICEF como básicamente la pobreza infantil. Otras críticas señalan que al evaluar abrir una oficina ante la apertura de Europa del Este en vez de instalarla en Moscú, Varsovia u otra ciudad de la zona la instalaron en Ginebra, Suiza. También que en 1991 UNICEF huyó temporariamente de Somalia ante una de sus recurrentes crisis, y que al regresar alquilaron las 3 mejores quintas del país como oficinas llegando a pagar hasta U$S 5.000 por mes. Y el 2007 tampoco fue un año tranquilo. Primero se denunció en Vietnam la muerte de 5 niños vacunados contra la hepatitis B con vacunas donadas por UNICEF. Luego a fin de año la fiscalía de Colonia inició un sumario contra el gerente de UNICEF Alemania, Dietrich Garlichs, por sospecha de fraude en la gestión de donativos y malversación de fondos. También se investiga si cobró honorarios para jubilarse por E$ 300.000. El escándalo destapó ya en 2008 que un 17% del presupuesto real se gasta administrativamente, y el ocultamiento de irregularidades detectadas por el estudio de auditorías KPMG denunciando infracciones a reglas de concesión, desarrollo y control de transacciones derivó en la renuncia de la directora en Alemania, Heidi Simonis. Demasiadas denuncias bien pueden transformar un Sol en un Eclipse para los chicos... Nike ... ni ke se note la realidad Regresando al fútbol tanto Barcelona como Boca Juniors canalizan sus donaciones a través de lo recaudado en la venta de sus camisetas oficiales. Como fabricante proveedor de ambos los aportes los realiza la empresa estadounidense Nike, en beneficio de la niñez. Para las tres partes es un negocio redondo, hipócritamente redondo. Nike cuenta con numerosas denuncias de explotación infantil en la fabricación de sus productos, principalmente en Indonesia. En 2004 se calculó que en el mundo 204.000.000 de niños trabajaban pero no iban a la escuela. Nike es un coloso fabricante de indumentaria deportiva con sede en la ciudad de Oregon. Desde 1984 NO produce en EE.UU., y cuenta con 9.000 empleados directos (principalmente abocados al diseño) y 75.000 indirectos, mayormente de las fábricas a su servicio tercerizadas de otros países tercermundistas. También se estimó que con el 1% anual que invierte en publicidad podría sacarse de la indigencia a 10.000 indonesios que trabajan para la corporación. Boca Juniors por su parte no se caracteriza por su delicadeza en el trato con sus infantiles futbolistas, sobre todo por su dirigencia marcada con la impronta conductiva macrista. Sobran ejemplos de futbolistas infantiles comprados a clubes débiles necesitados (Riquelme, La Paglia, Ruiz, Tévez, etcétera) o a empresarios poderosos conniventes. En ocasión de los pases al exterior de los jóvenes Tévez y Gago se los "invitó" a resignar el 15% que les correspondía por ley del monto de la transacción, como condición para no trabar la operación. Los jugadores terminaron acatando la sugerencia, sabiendo que los contratos que les esperaban eran mucho mejores a los locales. Otro secreto boquense en voz alta habla que al destacarse un juvenil en la primera división al jugar aproximadamente 8 partidos obligatoriamente debe tener firmado un contrato con el club. Las leoninas condiciones del mismo habrían sido las causas para que los padres de más de una promesa de Boca Juniors retiraran a sus hijos del club invocando la patria potestad, en algunos casos firmando con clubes europeos (Christian Ledesma, Forestieri, Coloccini y, recientemente, Trejo). Para los dirigentes boquenses, al firmar un contrato o respetar sus derechos, los niños primero ... los niños, primero, acatan sin chistar o sufren las consecuencias. En Barcelona además de los beneficios publicitarios del convenio con UNICEF arrecian las críticas a su presidente Joan Laporta. Muchos intuyen del acuerdo un uso para provecho de su propio proyecto político tanto en Cataluña como España. La caridad empieza por casa Las empresas tanto en Argentina como en el exterior no sólo se abocan a la caridad por generosidad. Según la legislación correspondiente pueden obtener deducciones de impuestos a las Ganancias, generalmente de un 5%. En Argentina muchas campañas vinculadas a UNICEF u otras ONG invitan a donar los vueltos al pagar en las Cajas de supermercados y otros negocios. Al beneficio de imagen se agrega otra picardía argentina: por la reciente Ley 25.954 — llamada Ley de redondeo — cuando un comerciante no tiene monedas para dar el vuelto debe obligatoriamente redondear a favor del cliente. Agravado por la insólita escasez de monedas de circulante las empresas encontraron en la veta benéfica tanto una salida elegante como una solución para no perder plata por falta de cambio. Como ejemplo de beneficio publicitario puede citarse el caso de L´Óreal de 2004, cuando donaron parte de lo vendido por su producto Biotherm a UNICEF. El total de lo donado fueron $36.000, pero un informe interno valorizó que la publicidad gratuita obtenida en los medios — si hubieran tenido que pagarla — ascendió durante la campaña a $ 615.000. Más claro, imposible. Claridad que justamente se le pide a UNICEF en la rendición de cuentas. En su página web la ONG detalla genéricamente el costo de sus acciones, asumiendo que esto molesta a sus donantes privados y sobre todo gubernamentales pero defendiéndose en que ellos hacen foco en la capacitación de las comunidades. Así como en la década del ´90 las instituciones del Norte adoctrinaban con el término "Excelencia" a los privatizadores latinos, para en el nuevo siglo buscar desligarse de responsabilidades de los descalabros promovidos hablando de encontrar un "Desarrollo Sustentable", quizás a varias de ellas les llegó el momento de dar el ejemplo con la "Transparencia" de su accionar.
Tomás Ryan
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