segunda-feira, 9 de fevereiro de 2009

Tercera Parte del Libro del Supuesto Hacker Velázquez

Continuação da amostra do livro a ser lançado na Argentina por Ivan Velazquez, cuja primeira parte foi publicada aqui em 19 Jan 2009 e a segunda em 03 Fev 09, sobre o Serviço de Inteligência Argentino.
LA INFILTRACIÓN Y MIS PRIMERAS ASIGNACIONES
Por Redacción de Tribuna
El primer llamado se produjo un 6 de diciembre del 99 por parte de un tal "Carlos B" para avisarme que la reunión formal de presentación tendría lugar al día siguiente a las cinco de la tarde en la confitería "El Aguila" ubicada frente a la cancha de River donde me entrevistaría con mis futuros superiores y se me darían instrucciones. Sólo algo en ese llamado me había parecido extraño; se me había pedido que concurriese a la entrevista con un libro de tapa roja para que me identificaran. Nunca entendí cual era el objetivo puesto que ya tenían mi foto del legajo. En fin sospecho que era alguna treta para ver que tipo de literatura llevaría con una tapa color rojo, tal vez esperaban que fuese con "Das Kapital" de Karl Marx. Me acuerdo que el que llevé era un manual de seguridad industrial y comercial.
Llegado el día viernes, había arribado a la confitería a las 16:45 horas ante la eventualidad de que estuvieran esperándome primero, cosa que me disgusta sobremanera, la impuntualidad, y no quería por otra parte dar una mala impresión llegando tarde en la presentación formal. Allí me encontraba yo y mi manual de seguridad industrial color rojo sobre la mesa y a la espera.

Pasadas las cinco de la tarde se hicieron presentes dos personas, una era el Jefe de División "Carlos B" y otro el agente "Javier M", luego del cruce de saludos solo compartí la mesa con "Carlos B" quien luego de algunas preguntas formales dio inicio a lo mas sustancial de la jornada. En primer lugar me informó que mi nombre supuesto u operativo con el cual debería manejarme a partir de ahora, tanto en lo administrativo como en lo operativo, es decir firmar partes, informes o cualquier otro tipo de documentación relacionada a toda actividad de inteligencia, sería "IGNACIO VELEZ", el cual se me explicó que había sido elegido por la "gente de personal" siguiendo el patrón de las primeras iniciales de mi primer nombre y apellido.
En segundo lugar me hace entrega de un beeper Motorola para estar localizable a cualquier hora, pasándome a su vez los respectivos códigos de él, del Jefe de Departamento y de otros dos agentes operativos con los que me manejaría para estar comunicado en caso de emergencia y finalmente me explica que el director de la base había decidido en función de mi perfil y mi edad, que me asignarían tareas operativas de calle, con lo cual bajo ningún punto de vista debería hacerme presente en la base de la cual dependía, así como también que por ningún motivo mientras estuviera afectado a éste tipo de tareas, podría volver a ir al edificio central ni tomar contacto con otros agentes que no sean de la base en cuestión, a quienes conocería en forma sucesiva por cuestiones de seguridad ya que se me informó que mi tarea iba a ser "especial", estrictamente secreta y solo dependería del personal directivo.
Seguidamente se me explicó que debido a mi edad, mi perfil de estudiante universitario, mi experiencia en el área, y la zona geográfica en la que yo vivía, mi tarea sería la de adoptar la cobertura de un estudiante universitario que trabajaría como periodista de la sección política de la agencia estatal de noticias TELAM desde donde debería proyectarme hacia mis objetivos con el fin de reunir información y/o realizar tareas especiales.
Finalmente se me entregó un sobre cerrado con la "O.R", Orden de Reunión de información como se la denomina en lenguaje técnico de la inteligencia, notificándome que tenía un plazo de un mes para concluirla, pero que debería enviar mis avances sobre los distintos requerimientos formulados ni bien los concluyese uno a uno. Luego de mas de tres horas, finalmente se me hizo entrega de un número de fax para el envío de material de propaganda, un correo electrónico para enviar informes y recibir instrucciones (periplos232000@yahoo.com.ar), los números de teléfonos e internos de la base de Coronel Díaz para informar novedades diarias y el establecimiento de un punto de reunión para el pago mensual así como también el intercambio de materiales y equipo como cámaras fotográficas, filmadoras, grabadores digitales, casettes, etc. Tras lo cual aclarado y conversado todo lo necesario sobre las medidas de seguridad, las comunicaciones, el establecimiento de contactos personales y el cumplimiento de mi misión nos saludamos y nos retiramos del lugar, no sin antes pagar y retirar el ticket para "Rendir gastos", una acción típica de los agentes de inteligencia estatales que posteriormente me serviría para identificar a otros agentes y advertir sus seguimientos.
Recuerdo como si fuese hoy, que viendo la lista de requerimientos, donde había mas de veinte ítems, tomé un taxi desde Av. del Libertador hasta mi casa en Ramos Mejía pensando en como haría para completar la misión, ya que si bien el plazo de término para elevar el informe era más que amplio, disponía a razón de un requerimiento por día y lo más importante, todos y cada uno de ellos versaban sobre personalidades y organizaciones, las cuales algunas eran públicamente conocidas pero no tenía acceso, en tanto que al resto ni siquiera tenía conocimiento de su existencia.
Nombres como Marcelo Jacquet, Luis Ángel D'elía, Juan Carlos Alderete, Alberto Balestrini, y organizaciones tales como el Movimiento los Sin Trabajo, la Federación por la Tierra, la Vivienda y el Hábitat (FTV) y el Movimiento de Desocupados de la Corriente Clasista y Combativa (MD-CCC) eran los principales objetivos de reunión donde además se me solicitaba fotografías de los mismos para conformar una base de datos, confirmar y detectar sus aliados, contactos políticos, fortalezas y debilidades humanas, cantidad estimada de efectivos discriminada por cuadros, es decir dirigentes adoctrinados y la masa por organización, ratificar o rectificar la tenencia y/o fabricacion de armas y explosivos por parte de dichas estructuras así como también identificar sus contactos con organizaciones terroristas y revolucionarias de otros países, y la presencia de ciudadanos extranjeros entre la conducción directiva de los mencionados movimientos.
Parecía que me iba a llevar mas de un mes para cumplir con al menos la mitad de los requerimientos formulados, pero era mi primera misión como agente de operaciones y no podía darme el lujo de fallar o entregar el trabajo a medias, sobre todo por mi obsesión con la perfección y por el esfuerzo que me había costado llegar hasta donde estaba.
Cuando uno tiene que cumplir con los requerimientos de reunión de información por lo pronto tiene varias opciones a las cuales generalmente recurrir. En primer lugar uno puede hacerlo con fuentes abiertas o de carácter público como los diarios, las revistas, boletines zonales, o en el caso mío dado que utilizaba la cobertura de periodista de la sección política de la agencia estatal de noticias TELAM, podría atreverme bajo argumento de una entrevista periodística o una nota editorial, a acercarme directamente a los objetivos para ganar su confianza y de ésta manera establecer un contacto directo y obtener algún tipo de información proveniente de alguna fuente "cerrada" o reservada, ya que esta técnica la aprendería con el tiempo, a la mayoría de los dirigentes políticos les gusta tener un periodista a quien suelen aparentar brindarle confianza fingiendo ser su amigo y darle de vez en cuando alguna primicia, pero que en realidad solo lo utiliza como instrumento para la difusión de sus mensajes. Es en éste punto donde la vanidad del periodista por la primicia y la del político por su propio ego donde se genera una especie de simbiosis en la cual un agente de inteligencia si no se deja envolver puede sacar mucho provecho.
Toda esta mecánica de abordaje e infiltración, tanto en los manuales como en los cursos de inteligencia, parece ser una tarea simple, sencilla y sin demasiadas complicaciones. De hecho, la asimilación y aprendizaje de la parte teórica es muy importante para la realización de éstas actividades donde uno vive constantemente bordeando la línea de la ilegalidad, sin embargo, por más experimentado que un agente sea, cada ocasión que se presente en que tenga que poner en juego una cobertura; es como una obra de arte realizada por un artista, dado que el espionaje también es un arte, ésta es personal, única e irrepetible, y si uno no se toma el trabajo de haber revisado minuciosamente todo aquello que concierne a la seguridad personal, corre el riesgo no solo de resultar perjudicado en su carrera al involucrar a la organización o estructura de inteligencia a la que pertenece en un escándalo público, sino que pone en peligro la misión en la que pueden estar participando otros agentes encubiertos sin conocimiento de uno, dado que por una cuestión inherente a lo que se denomina "Informes de Confirmación" pueden estar operando independientemente para tener varios puntos de vista o pertenecer a otros servicios de inteligencia, su propia integridad física y la de los otros agentes infiltrados, puesto que basta con que uno sea detectado para que la organización objetivo de la infiltración entre en estado de alerta, se aisle y coloque bajo vigilancia a todas aquellas personas de las cuales sospechan que pertenecen o colaboran como confidentes de los servicios de informaciones o estructuras de inteligencia; cerrándose así con ello hacia el exterior y con la consecuente imposibilidad de obtener o reunir información alguna.

Tenía que comenzar con la tarea, no había tiempo que perder. Por algunos comentarios que posteriormente había tenido con mis superiores me entero que existía la posibilidad de un inminente estallido social provocado, organizado, coordinado y cuya ejecución vendría por parte de estas organizaciones "sociales" a manera de un "Plan de Lucha" con cortes de rutas escalonados y progresivos que se sucederían a lo largo y ancho de todo el país y cuyo epicentro a diferencia de las anteriores puebladas ocurridas en lugares del interior de la Argentina como Plaza Huincul, Cutral-Co y hasta el propio "Santiagazo", sería en el propio conurbano bonaerense, específicamente en el Partido de La Matanza.
Había empezado a visitar algunos contactos políticos de La Matanza así como amigos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires para interiorizarme de cómo venía la situación con estas organizaciones y si tenían algún tipo de información relacionada con algunos "rumores particulares" sobre las actividades de éstas, cuando a mi regreso, con alguna información de importancia ya lista para plasmarla en un informe, caminando por Av. de Mayo desde la Universidad de La Matanza hacia el lado de la estación de Ramos Mejía, veo la portada de un diario local con un titular enorme en nota de tapa que rezaba: "Marcelo Jacquet, líder de los Sin Trabajo en problemas" ilustrado con una foto del dirigente y su esposa en primer plano. El día parecía sonreirme. Sin perder tiempo compré el diario, me cercioré de tener la credencial de TELAM en la billetera y me dirigí a la redacción del periódico para tratar de tener una reunión de "periodista a periodista" con la persona que había redactado el artículo en cuestión donde se hacía un muy detallado relato de las internas que venía teniendo el dirigente del Movimiento los Sin Trabajo, Marcelo Jacquet con el dirigente de la FTV, Luis Ángel D'elía a raíz de la distribución de los cupos de los entonces planes de asistencia social denominados "Plan Trabajar" mas tarde rebautizados "Jefes y Jefas de hogar" que tanto la nación como la provincia distribuían entre las personas desocupadas y que estos dirigentes que integraban una especie de comisión para su distribución de la cual participaba el Intendente municipal, Alberto Balestrini, habían monopolizado y comenzado a armar sus respectivas estructuras de clientelismo político.
Un cuarto de hora mas tarde me encontraba tocando el timbre de la redacción. Era una casa particular reformada y trasformada en la redacción de un periódico zonal, con un gran cartel en la puerta que indicaba su nombre. Al abrir la puerta me recibe la encargada de ventas preguntándome cual era el motivo de mi visita, en ese segundo de duda pensé que tal vez estaría forzando una situación y que no sería conveniente encarar prima facie al periodista, pero luego me di cuenta de que ese es el miedo que todo agente tiene, el de ser descubierto, después de todo era un periodísta más y no tendría nada que temer. Decidido entonces me presenté como periodista de la sección política de TELAM y pregunté por "Eduardo S", quien había sido el autor del artículo, respondiéndome que no se encontraba pero que vendría en un par de horas porque había ido a cubrir un conflicto que se había suscitado en el hospital Diego Paroissien donde su personal había efectuado un corte de ruta a la altura del kilómetro 21 de la Ruta Nacional 3, en la localidad de Isidro Casanova, Partido de La Matanza; viendo la pila de diarios correspondientes a ediciones anteriores que se encontraban sobre una mesa, dado que éste periódico tenía imprenta propia, no pude desaprovechar la oportunidad que tenía servida para ver si podía conseguir algún tipo de información extra, con lo cual le consulto si tenía disponible ediciones anteriores impresas para adquirir argumentando que estaba interiorizándome sobre la situación política del Partido de la Matanza y que necesitaba una entrevista con el director del diario o en su defecto el autor del artículo y que estaba dispuesto a adquirir algo de material para ponerme al corriente, sin especificar o mostrar interés por algún tema en particular, ya que hay dos motivos por los cuales un agente de inteligencia tiene que ser estricto en ello; en primer lugar uno nunca tiene que mostrar sus cartas o intenciones con alguien que no sabe a que intereses responde o de quien es amigo o enemigo y en segundo lugar no tiene lo que en inteligencia se denomina "necesidad de saber".
A razón de 1 peso por número me había hecho con unos veinte fascículos de interés que disimuladamente había ojeado uno por uno de un catálogo enorme que databa de dos años de antigüedad y que tenían artículos de interés, lo cual me permitiría tener lo que técnicamente se denomina información básica para transformarla luego en inteligencia básica, o sea aquella información que sufre variaciones pero no de una magnitud considerable y que es actualizada periódicamente permitiendo así conocer al instante informaciones, sobre personas, ambientes, hechos acciones o cosas con su sola consulta a disponibilidad del requirente. Todo ello serviría para organizar lo que sería una de las mas completas bases de informaciones sobre el Partido de La Matanza y que posteriormente durante el transcurso de años siguientes se extendería con carácter nacional.
Como me había pasado cerca de una hora y cuarto examinando las ediciones anteriores del diario, justo cuando estaba a punto de decidir retirarme dejándole mi tarjeta a la encargada de ventas para que el periodista "Eduardo S" o el director se comunicasen conmigo para coordinar una entrevista, un teléfono del escritorio de ésta comienza a sonar. Se trataba del mismísimo director quien avisaba que se había suspendido una reunión que tenía por lo cual regresaría a la redacción. Informándome de ésta situación la encargada, me invita si quería aguardar unos quince minutos donde tendría la posibilidad de conversar con el director y propietario.
Nunca voy a olvidarme de ese día en particular, cuando tras hacer su ingreso a la redacción luego de presentarnos recíprocamente me invita a pasar a su despacho privado. La acción que a continuación siguió fue sin dramatismos de los más insólita. Luego de invitarme a sentarme en un sillón mesa por medio, éste permaneció unos segundos al lado de la puerta a la espera de que me ubicase sobre el sillón, tras lo cual con un movimiento súbito cerró la puerta con llave y la quitó. Por ese entonces yo no portaba armas e instantáneamente pensé que me iba a enfrentar a una situación drástica donde debería trabar combate cuerpo a cuerpo. Yo estaba de camisa y pantalón de vestir, era fácil advertir que no poseía armas; él había explotado esa ventaja y yo esperaba como una liebre la picadura de la aspid.
Mesa de vidrio por medio, mientras observaba el movimiento de sus manos, sentóse en frente mío y encarándome recuerdo sus palabras como si fuese hoy mismo:
— ¿Que te trajo por acá? Cae de maduro por tu pinta y lo que viniste a buscar que sos servicio.
— El tema es que por tu pilcha y aspecto no logro sacarte de cual sos.
— Sos muy culto para ser del Ejército, muy inteligente para ser de la SIDE y vestís muy bien para ser "federico". O sos de la Marina o de la Fuerza Aérea.
Me había quedado estupefacto. Por un segundo la confusión fue tal que creí desde que me encontraba con otro camarada o que había sido capturado, sin embargo la impetuosidad y la vanidad es uno de los peores defectos que puede tener un agente, y uno nunca puede arriesgarse a una mera treta psicológica ni descubrirse así mismo ante nadie. Ese error puede costar la vida, siempre, absolutamente siempre es mejor negar cualquier indicio que pueda quebrar nuestra cobertura, un axioma básico de la contrainteligencia dice que hay que "pensar mal para errar bien", porque para pedir disculpas si nos equivocamos, siempre hay tiempo, en tanto que para el error no. Como no podía ser de otra forma, negué todo tipo de acusación llegándome a mostrar incluso indignado de tan vil acusación por parte de un colega periodísta.
Sin duda había actuado de forma correcta ya que lo que me comentaría luego con confianza me hubiera puesto en una situación comprometedora; aunque esto no significara que mas tarde llegáramos a ser amigos y que él colaborara con nosotros de manera desinteresada. Su increpancia hacia mi persona provenía que durante el transcurso de la semana habían aparecido un sinnúmero de autodenomiados periodistas y "estudiantes universitarios de edad avanzada" interesados en los dirigentes piqueteros y las organizaciones, hasta incluso hubo un caso de un efectivo de la Policía Federal que no dudó en mostrar su chapa para lograr obtener información de los asuntos de interés por parte del director y los periodistas. Esta situación había hecho fastidiar al director quien se encontraba indignadísimo porque según él, aquellos que se hacían pasar por lo que no eran, consideraba lo tomaban por "boludo" en tanto que lo que mas le molestó fue el hecho de que le mostrasen la "chapa" de policía, lo que para su entender habia sido un acto de soberbia y de "apriete", algo que él, un dirigente peronista de trayectoria no iba a tolerar.

Desde las dos hasta las cinco de la tarde me pasé en su despacho tomando café y mirando documentos entre propaganda y fotografías que los periodistas habían tomado durante los cortes de ruta, incluso mas tarde se integró el periodista "Eduardo S" a la reunión donde a pedido del director me comentó sobre entrenamientos armados y de orden cerrado que llevaban a cabo integrantes de estas organizaciones, con fotos donde se los veía formados con palos en las manos a modo de fusil. Todo ello según él lo venía denunciando pero había tenido que parar debido a las presiones por parte del entonces intendente de La Matanza, Alberto Ballestrini, quien por aquel momento subvencionaba y protegía a Luis D'elia en su accionar contra el gobierno nacional. Esto se veía reflejado en que todos los cortes que estas estructuras realizaban lo hacían pura y exclusivamente sobre rutas nacionales y no provinciales con el fin de no comprometer al intendente en las maniobras de desalojo, ya sea por la fuerza o mediación, provocando con ello que las autoridades del gobierno nacional se hiciesen cargo de los resultados negativos ante la opinión pública que pudieran acarrear sucesivos desalojos por la fuerza, a la vez que elevaba la popularidad de Ballestrini como negociador del conflicto entre los piqueteros y el gobierno nacional, dado que este integraba una comisión denominada "Consejo Consultivo de Emergencia" del cual participaban todas las organizaciones de desocupados, un representante por el gobierno nacional y otro por la municipalidad. La jugada de los dirigentes matanceros estaba más que clara; las fotocopias de documentos que me dieron junto a la información que había reunido durante casi cuatro horas, contestaban entre otros, el principal requerimiento que me solicitaba establecer el vínculo entre Ballestrini, Jacquet, D'elía y Alderete.
Iván Germán Velázquez
Especial para Tribuna de periodistas

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