quarta-feira, 3 de dezembro de 2008

Terrorista Não Presta em Lugar Nenhum, Mas Eles se Protegem.

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El 17 de noviembre de 1972 muere en un enfrentamiento el Cabo Segundo de la Armada, Juan Luis Contreras. Los asesinos también eran hombres de la fuerza, que formaban parte de la Organización Terrorista Montoneros. El hecho se sucede cuando el entonces Guardiamarina Julio César Urien lleva a cabo una sublevación en la Escuela Mecánica de la Armada, con el objeto de robar armas y entregárselas a la conducción de Montoneros. Finalmente la operación terrorista fracasa... pero el Cabo Segundo Contreras pagó con su vida la locura de Urien... Fue la primera víctima de la armada. En la actualidad el montonero Julio César Urien disfruta de las prebendas del poder, de la mano del kirchnerismo.
Casi dos años después, el 12 de noviembre de 1974, en pleno gobierno constitucional, La organización guevarista Ejército Revolucionario del Pueblo asesina al Teniente 1º Roberto Eduardo Carbajo. El hecho sucede en la localidad de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, cuando el oficial llega a la casa de sus suegros para buscar a su esposa y sus dos hijos. Al menos 6 terroristas lo emboscan en la puerta de la casa, y lo acribillan en presencia de la mujer, que sin comprender lo que pasaba, vio destruida la vida de toda su familia.
Pocos días después, el 19 de noviembre de 1974, la misma organización terrorista asesina a sangre fría al Teniente Coronel Jorge Roberto Ibarzábal, mientras era trasladado a otra cárcel del pueblo, en el interior de un armario.
El hecho sucede cuando un control policial sorprende al comando terrorista que trasladaba al detenido. Sin ningún tipo de remordimiento, el responsable del traslado asesina al indefenso oficial del ejército. Su martirio y el de toda su familia había comenzado varios meses atrás, cuando un comando del ERP intenta tomar por asalto los Cuarteles de Azul, asesinando al Jefe de Guarnición y a su señora esposa, al tiempo que ultiman a un soldado conscripto, que cumpliendo con la ley hacía su servicio militar. Fue en esa oportunidad, que el Teniente Coronel Ibarzábal fuera secuestrado, permaneciendo en distintos Centros Clandestinos de Detención hasta su vil asesinato. Todos estos crímenes continúan impunes ... y ninguna organización de derechos humanos pide por su esclarecimiento.
Pero bien sabemos que no sólo los uniformados eran el blanco de las organizaciones terroristas. Sindicalistas y empresarios también formaban parte de esos indeseables que debían ser desaparecidos de la faz de la tierra.
El 22 de noviembre de 1973, dos días después que Miguel Bonasso, con la plata de los secuestros extorsivos, pusiera en la vía pública el Diario Montonero Noticias, caía víctima de las balas el señor John Swint, quien se desempeñaba como gerente general de la empresa Transax, que formaba parte del grupo Ford.
En el atentado, del que participaron en forma directa 15 personas jóvenes, también murieron Manuel Varela, chofer del empresario, y Virginio Rivas, uno de sus custodios, mientras que el otro vigilante, quedaba gravemente herido. No podemos dejar de mencionar que en el momento de este atentado, presidía el país el Teniente General Juan Domingo Perón, que había llegado al poder con más del 60% de los votos, después de haber desplazado por su incompetencia, al presidente filo montonero Héctor Cámpora.
Como decimos cada semana, contra estos asesinos tuvieron que operar nuestros familiares y amigos ... ellos no eligieron la guerra. Ellos no buscaron la confrontación. El pueblo argentino los puso al frente de aquellas hordas como escudo protector de la sociedad. Con errores y con aciertos ellos hicieron su parte. Hoy el pueblo argentino no puede, ni debe, darles la espalda.
Fonte: AFyAPPA

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